Si formulamos el siguiente juicio: "el sol calienta las piedras", lo hacemos en base a ciertas percepciones. Somos capaces de ver como el sol ilumina las piedras, luego, si las tocamos, nos constatamos por nosotros mismos que estas se calientan por efecto del sol. Entonces, en la formulación de este juicio nos basamos en datos sensoriales (la vista y el tacto), es decir, en la experiencia. Sin embargo, en nuestro juicio se encuentra presente un elemento que no está contenido en la experiencia, ya que el hecho de que el sol calienta las piedras vas mas allá de un simple suceso pues, todos, como individuos conscientes, podemos razonar en base a ese hecho que, existe una "relación" o "conexión" entre ambos elementos.

La experiencia nos revela que un proceso sigue al otro: son causales.

Es por esto que decimos que, el juicio "el sol calienta las piedras" se compone de dos elementos: uno que procede de la experiencia y otro del pensamiento o razonamiento. Ahora, ¿cuál de estos dos factores impera en el juicio formulado?, ¿qué va primero, la experiencia o el pensamiento?, ¿de cuál de las dos fuentes de conocimiento sacamos las conclusiones y formulamos el juicio?

Es por eso que la cuestión del origen del conocimiento puede analizarse, principalmente, desde dos perspectivas, la racionalista y la empirista.

jueves, 5 de noviembre de 2009


Tanto el racionalismo como el empirismo son corrientes de pensamiento que se desarrollaron aproximadamente en la misma época (s. XVII y s. XVII-XVIII, respectivamente), por lo que es aún más significativo el hecho de que sean corrientes tan dispares.

La doctrina filosófica conocida como empirismo se desarrolla en Gran Bretaña contraponiéndose a la corriente continental europea del racionalismo, y considera la experiencia como única fuente de conocimiento válida. Sólo el conocimiento sensible nos pone en contacto con la realidad. Por otra parte, el racionalismo considera la autosuficiencia de la razón como única fuente de conocimiento, pues es la única que nos permite llegar a la Verdad, que según Descartes, es la tarea de la filosofía. El método que propugna Descartes para hallar la Verdad es la duda metódica, adoptando la evidencia como criterio de verdad y procediendo a deducir las demás verdades a partir de una primera e indubitable. Sin embargo, ninguna proposición que esté basada en la experiencia (en los sentidos) puede superar la prueba de la duda metódica. Descartes rechaza, por tanto, el punto de vista del empirismo (punto de vista desde el cual el conocimiento no sólo es derivado de la experiencia, sino también validado por ella).


De todas maneras, no es correcto decir que el empirismo es la total contraposición del racionalismo, pues aunque éste se fundamente en la experiencia, no niega la existencia de la razón.


A diferencia del racionalismo, que anula la experiencia, el empirismo no anula la razón, sino que la relega a un segundo plano.

El racionalismo atrae por su transparencia, por su coherencia, por su deducción lógica y ha proporcionado grandes progresos en el ámbito científico-técnico.

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